Columnas

Lamentable y pobre decisión

'Penoso que no se haya pensado en el niño y el joven que estudian, negándoles esa posibilidad aunque la puedan enfrentar’.

Cuando el señor presidente de la República explica que luego de conversación con la ministra de Educación resuelve aplazar el arranque del año lectivo, nos deja claro que las razones por las que decide se fundamentan en argumentos del Ministerio de Educación. Triste una vez más, el ente rector no sabe interpretar el sector al que norma y regula.

Cuando toda América Latina se encuentra estudiando en línea y los alumnos de la sierra ecuatoriana están concluyendo así su año lectivo, resulta muy lamentable que se considere a los estudiantes costeños incapaces de hacer lo propio. Cuando la urgencia dentro de las nuevas corrientes es la de tener trabajando permanentemente a la inteligencia, nosotros nos daremos el lujo de desperdiciar pensamiento estudiantil lanzándolo al ocio intelectual. Cuando en todo el mundo la preocupación está dada por fortalecer lazos estudiantiles para combatir el aislamiento social, nosotros rompemos toda posibilidad de hacerlo.

Resulta penoso que no se haya pensado en el niño y el joven que estudian, negándoles esa posibilidad aunque la puedan enfrentar. Una vez más, el querer que todos hagan lo mismo y al mismo tiempo, infiere perjuicio a quienes pudiéndolo hacer se les niega la oportunidad. Bien podría el 4 de mayo iniciar clases con aquellos que estén listos para hacerlo si es que existe el temor de que no todos lo puedan hacer, porque sería muy triste que por miedo al fracaso en determinado sector se esté perjudicando a todos.

Señor presidente, sería justo e importante que usted reconsidere la decisión y permita iniciar las clases a establecimientos de cualquier sector que estén listos para hacerlo. Los niños y jóvenes necesitan por su bien intelectivo comenzar a trabajar académicamente. Ellos ya hoy están inquietos, irascibles, sintiéndose incómodos en el encierro tan solo por no ocupar su mente en actividades cognitivas. Un mes más de ocio obligatorio los perjudica y destruye parte de su banco de aprendizaje.

Ojalá que razones políticas y equívocas no se impongan sobre el sentido común, la lógica y todo lo que dicen los nuevos tratados pedagógicos.