Juego de roles

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Sin embargo, como justificación recibió de respuesta de parte de la niña, que su mamá la había dejado a cargo de su hermanito para que lo cuide mientras ella iba a realizar algunas compras.

Hace algunas semanas, conversando con una madre de familia de una escuela del norte de Guayaquil, me comentaba que mientras acompañaba a su hijo en una clase virtual pudo observar a una compañerita de este con un pequeño en sus brazos. La profesora también lo advirtió y pidió correctivo.

Sin embargo, como justificación recibió de respuesta de parte de la niña, que su mamá la había dejado a cargo de su hermanito para que lo cuide mientras ella iba a realizar algunas compras.

Este caso nos hace pensar en el juego de roles que a veces los niños se ven obligados a realizar y cómo estos, en un momento determinado, pueden ser obstáculos para su realización.

En efecto, una niña de 8 años mal puede hacerse cargo del cuidado de su hermano menor, pues no tiene la capacidad necesaria para actuar en un caso de emergencia o situación peligrosa. Los padres muchas veces equivocamos nuestras decisiones y tomamos por la vía más fácil cuando de solucionar problemas se trata.

Si en situaciones normales no es acertado dejar a una niña al cuidado de su hermano, peor lo es en momentos en que esa pequeña requiere de toda su atención para concentrarse en las explicaciones que da su profesora, pues estando en clases necesita toda su capacidad para atender, comprender y hacer suyo el conocimiento.

Debemos estar claros en que es vital que respetemos los momentos en los que nuestros hijos son alumnos, a fin de que estos no tengan distractores adicionales a los que ya les entrega el cambio de ambiente áulico con todos los elementos caseros y electrónicos que le tientan.

Así como exigimos respeto de nuestros hijos para con nosotros, asimismo debemos ser respetuosos de los roles que les corresponde jugar para que lo hagan a cabalidad, con dedicación y entrega, concentrados y viviendo a plenitud y con calidad el tiempo que dedican a su educación.

Que este ejemplo nos sirva para reflexionar sobre cuán respetuosos somos de los momentos de estudio y que nos anime incluso a retirar distractores que puedan entretener a los hijos perjudicando su momento de aprendizaje.