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Abelardo García: Quehaceres vacacionales

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La vacación ha de ser el descubrir y entregarse a otros intereses que mantengan su mente abierta, su inteligencia activa

La vacación no ha de ser un tiempo para nada hacer, de hecho, en Japón se sufren suicidios por el exceso de paz. Por ello resulta importante revisar actitudes y vivir adecuadamente los tiempos vacacionales.

La tristeza que emana del aula vacía, el sopor de los patios silentes, la soledad de los pasillos otrora trajinados, nos dicen que en la escuela algo va a cambiar.

Y claro que cambia; los ruidos son distintos: albañiles, ebanistas, herreros, vidrieros, cumplen diligentemente arreglos y mantenimiento. Arquitectos, ingenieros civiles, eléctricos, electrónicos y de sistemas se esfuerzan para realizar ajustes y preparase dejando todo listo para el nuevo arranque que siempre ha de venir cargado de innovación, actualización, cambios y modernización.

En el educador, más allá de las horas de ocio y descanso, se abren expectativas, inquietudes, y cierta ansiedad por conocer y saber tanto de lo que practica y enseña, como del grupo humano que una vez más, por primera vez, va a conocer. El descanso no es pasivo, es del profesional que se remoza, que se actualiza, que se autoeduca y exige, para enfrentar de la mejor manera el reto que a la vuelta de unas cuantas semanas volverá a enfrentar.

¿Y al alumno qué le espera? ¿ Qué ha de hacer? La desconexión total tampoco resulta saludable y conveniente; la vacación ha de ser el descubrir y entregarse a otros intereses que mantengan su mente abierta, su inteligencia activa, y sus sentidos alerta para cuidarse mientras se avanza en el crecimiento de una personalidad que debe ser reforzada y nutrida con buena lecturas, con experiencias atractivas, lúdicas, pero que sumen siempre al mejor proceso formativo.

La música y sus instrumentos, y en general todas las artes, pueden presentar un cambio propicio para no dejar perder la creatividad.

El deporte, las excursiones, el encuentro activo con el otro, puede ayudarles a fortalecer su voluntad, a templar su carácter y toma de decisiones; por eso les decimos que la vacación también puede ser formativa y suma; y bien aprovechada, ayuda al proceso de buen crecer.