“De vuelta al barrio”
Caminando por las calles de Guayaquil, un señor acercándose a un grupo de personas con inaudita alegría les extendía la mano manifestando: “Vuelvo al barrio”. Con un poco más de 60 años, figura enjuta, entrecano; muy animosamente abrazaba, queriendo hacer sentir un fecundo cariño, sin duda apadrinado por una larga ausencia. Acercándome saludó estrechando la mano. Prosiguió con su entusiasmo mencionando que se había jubilado hacía no más de seis meses y había vuelto al barrio del cual se alejó más de 30 años por motivos de trabajo y por las responsabilidades de padre, pero que jamás los olvidó y había venido al reencuentro, esta vez para siempre; con sanas intenciones de pagar esa deuda de añoranza con los amigos de infancia, de juventud. Inmensa alegría, tristeza e impotencia de no poder retrotraer físicamente cuerpo y mente con los propios actores de esa linda época. Nostalgia infinita. Trae al presente las cinco peluquerías en la calle Sucre, al esquinero salón de bebidas Rincón de España, con vasos de cervezas que tenían el nombre de Chop; así como el depósito de hielo de la Seis de Marzo, en una época que muy pocas familias poseían refrigeradoras y eran de ‘kerosene’. El amplio e iluminado teatro Central con películas de Pedro Infante y otros relevantes artistas. El tiempo pasa inexorable; quizá reaccionamos siempre un poco tarde por culpa del trajín turbulento de la vida, pero la alegría nos recompensa aún.
César Antonio Jijón S.