Vivimos peor que en el Oeste

Estamos rodeado de toda clase de delincuentes de cuello blanco amparados en leyes promulgadas por el Rafa. Altas autoridades se convierten en corruptos con facilidad y sus acompañantes participan en el reparto. En Guayas y Guayaquil vivimos un infierno; por doquier, delincuentes de todas las categorías asaltan, maltratan y matan cruelmente. Ni en nuestros domicilios estamos a salvo. Los delincuentes tienen abogados con padrinos; las bandas operan con toda libertad, paseándose en los centros penitenciarios y ordenando matar a sus víctimas. Ninguna autoridad puede frenar que se roben rejas eléctricas, la baranda de la avenida o poner fin a todo lo que está corrompido. La Policía solo se dedica a recontar proyectiles, medir la distancia; los oficiales se transforman en periodista de canales de televisión, llevando estadísticas falsas del porcentaje de delitos. Hay que contratar a policías del extranjero con nuevas técnicas. Combatir a los chamberos. Si no hubiera compradores, lo robado no les serviría. A los compradores de lo robado deben encarcelarlos.

Que el presidente derogue tantas leyes que favorecen a los delincuentes; contrarrestar a los asambleístas enemigos del Gobierno. Vivimos peor que en el Oeste al no tener armas para defendernos. Cada día se incrementan los delitos, sabiendo que estamos desarmados. Saquen al Ejército para que nos auxilie y no nos sigan masacrando.

Construyan nuevas cárceles con calabozos comunes; nada de privilegios, cero medidas sustitutivas

Antonio Abad Cornejo