¡Unidos por Ecuador, ahora o nunca!

Con tristeza veo que vivimos en un país un tanto dividido, en que cada quien busca su bienestar sin importar el beneficio de los que vienen atrás o en general del Ecuador. Se percibe un egoísmo muy marcado. Hace poco, ciertos seudopolíticos (dirigentes indígenas), o mal llamados trabajadores, buscaron imponer el caos en nuestro país. Esta minoría lo desestabilizó momentáneamente y creó un daño financiero de incalculable magnitud, ya que no se pueden calcular los atrasos en las obligaciones que tenemos con las instituciones financieras, las que no nos condonan el interés bancario; muchos fuimos perjudicados. Mas como ecuatorianos que tenemos derechos y obligaciones, existen derechos humanos, como comentaba el presidente de la República. Volviendo al tema, este pequeño grupo de indígenas, secuestraron los derechos de la fuerza pública de muchos ecuatorianos, motivaron al robo y al caos en general. 

¡Mas es el momento de que políticos y líderes den un paso adelante, tomen posición y definan quién va a dirigir el país. Nosotros, los que estamos en segunda línea, constructores, empresarios, artesanos, aquel trabajador humilde de la patria, respaldemos con decisión y buena voluntad a esos políticos serios, que conocemos que han cumplido. “El rico necesita del pobre, porque si no ¿quién trabaja? y el pobre también necesita del rico, porque si no ¿dónde trabaja?”. Propongo que unidos trabajemos para sacar adelante esta tierra que van a heredar nuestros hijos y nietos, con decisiones claras, organizados y muy disciplinados, haciéndolo formalmente, porque el disciplinado no tiene suerte, tiene siempre resultados; mas el indisciplinado siempre tiene mala suerte.

Los que traicionaron a la patria, los mal llamados indígenas o trabajadores, deben ser demandados en las Cortes nacionales y en las internacionales, y aquellos organismos de DD. HH. que le dieron la razón a este grupo minoritario que creó el caos en nuestro país, deben también ser demandados por haber actuado injustamente.

Ab. José Solines Aguayo