Studebaker

La II Guerra Mundial nos ofreció situaciones muy interesantes. Un aspecto curioso que no ha sido muy analizado por los historiadores de antes y de ahora es el de la logística. Varios testigos presenciales de la invasión de Francia por los nazis se percataron de que el aprovisionamiento de las tropas se realizaba por carretas tiradas por caballos, lo cual demoraba el avance del ejército invasor. Algunos predijeron que a ese ritmo Alemania perdería la guerra en 5 o 6 años. Luego, cuando Roosevelt entró en la guerra y lo primero que dispuso fue que se proveyera la Unión Soviética de camiones y Jeeps. Por esta decisión los rusos recibieron más de 100.000 camiones Studebaker, que permitieron movilizar ejércitos y armas por todos los frentes de guerra.

Esto viene a colación a propósito de la famosa columna de blindados y camiones de 65 km de largo del ejército invasor de Vladímir Putin en Ucrania, que se detiene cada dos por tres por falta de suministros. Todo el tiempo que la famosa columna ha perdido, ha servido para permitir a la defensa ucraniana prepararse para repelerla y destruirla, aunque sea parcialmente. Vemos que los errores se repiten; los alemanes primero y Vladímir Putin después, han despreciado la importancia de la logística. Los primeros perdieron la guerra y a este ritmo a Putin le va a pasar lo mismo. Posiblemente no conoce la historia de su país, o peor aún, si la conoce la quiere ignorar. El debió comprarle a Biden unos cuantos miles de camiones Studebaker. Business are business, Biden se los hubiera canjeado por petróleo.

Hugo Cortez Haddad