Las sorpresas desagradables

No puede ser responsable con una sociedad quien es irresponsable

En la política, muchos actores quieren impactar al electorado, creyendo que así generan simpatías. Algunas de esas decisiones, maquinadas en mentes limitadas, infectadas por el dogmatismo o fanatismo, más bien causan rechazo o ponen en evidencia la mediocridad de sus gestores. El aferrarse a imponer una candidatura, a sabiendas de que es imposible concretarla por las leyes existentes es una torpeza. Y peor, que un candidato a la Presidencia inscriba su candidatura presentando una cédula de otra persona. ¡Una persona con esa capacidad de organización personal deberá tomar decisiones que afecten a toda una sociedad!. ¿Se puede confiar en quien designa y auspicia como candidato a quien es incapaz de cumplir los requisitos elementales para inscribir una candidatura o en una agrupación política incapaz de verificar los requisitos para inscribirla? Esto es muy esclarecedor de la calidad de personas y de su concepción de la política como actividad seria y de responsabilidad. No puede ser responsable con una sociedad quien es irresponsable consigo mismo, o ser respetuoso de la ley quien la atropella por sus fines personales. El CNE lleva mucho de culpa; exhibe criterios aprobatorios sobre actos que antes juzgó de manera contraria.

Ing. José M. Jalil Haas