Cartas de lectores

Siempre tentados por los cantos de sirena populistas

Se acerca un nuevo proceso electoral fundamental para Ecuador, que conducirá a las elecciones presidenciales y de asambleístas de 2021, en medio de una tragedia social exacerbada por la pandemia. Algunos van a querer conducir la comprensible desilusión e indignación política y social de los ciudadanos, en especial de los jóvenes, hacia la enemistad y desunión nacional, como sucedió en el gobierno de la revolución ciudadana. Con una democracia en jaque por las tendencias globales, será clave un liderazgo político que ofrezca esperanza y oportunidades serias y transformadoras de empleo y educación, para que los jóvenes sean genuinamente incluidos en la construcción de la sociedad. Vemos que se aproxima el momento de escuchar a los candidatos presidenciables diagnosticar los principales problemas que tiene el país y analizar sus soluciones. Construir un país para todos es el esfuerzo del gobernante para constituir una mayoría legislativa y una opinión ciudadana que lo lleven a dar un nuevo rumbo a la nación, así como las leyes necesarias para dar un contenido legal e institucional a sus ideas y proyectos.

Sin duda, uno de los mayores problemas del país es el desempleo. Millones de ciudadanos no tienen empleo ni ingreso alguno que les permita vivir con dignidad, alimentar a sus familias y conducirlas a una vida promisoria. Se requiere tener educación de calidad, una educación técnica más pertinente para la economía del futuro y para ayudar a nuestros jóvenes y personas desempleadas a conseguir destrezas y habilidades que les permita alcanzar un puesto de trabajo y ganarse su sustento esencial. Así las cosas, requerimos que los candidatos se refieran a la estabilidad de las reglas, a sus planes para reducir el desempleo dramáticamente, sus proyectos para transformar la educación en un proceso más pertinente en cuanto a objetivos finales. Esperamos escuchar de los candidatos socialdemócratas la defensa de sus principios de justicia social, libertad, solidaridad y democracia efectiva; a los de derecha, sobre la equidad, de situar al ser humano en el centro de todo proceso económico y político; a los supuestos liberales, defender al mercado y a la propiedad individual; a los socialistas luchando por el equilibrio social y mejorar la distribución del ingreso y la riqueza. Ecuador no es de ningún sector político, social, económico o gremial, es de todos los ecuatorianos. Si seguimos destruyendo al Ecuador ¡todos naufragaremos en él!

Ec. Mario Vargas Ochoa