Sobre “La revancha del río Coca”

En relación al excelente reportaje La revancha del río Coca, de julio 5 de 2020, me permito comentar: el colapso de la cascada San Rafael ha producido un proceso de erosión regresiva que ha avanzado alrededor de 3,5 km hacia aguas arriba, ocasionando daños colaterales muy bien reseñados en el reportaje, poniendo en riesgo aspectos muy sensibles relacionados con la economía del país, que incluye el proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, que, aunque no haya sido recibido formalmente, está operando desde noviembre de 2016. Los ríos en general son los más dinámicos de todas las formas geomórficas, particularmente el río Coca en el tramo que nos ocupa, caracterizado por su gran inestabilidad, agravada por erupciones del volcán Reventador cuando estas ocurren. El comportamiento natural del río Coca se ve seriamente afectado por la estructura de captación del proyecto Coca Codo Sinclair de 31 m de altura, 20 km aguas arriba de la excascada San Rafael, que, literalmente, le arrebata un caudal de 220 m3/s, que es cercano al caudal promedio y que el río estaba acostumbrado a tener durante 55 % del tiempo, más allá, que la propia estructura de captación se constituye en retenedora de sedimentos. En resumen, le quitamos al río agua y sedimentos. El río, un ente natural y dinámico por excelencia, reacciona para tratar de recuperar su equilibrio morfológico que le arrebataron súbitamente, dando lugar a un proceso de erosión hacia aguas abajo muy conocido en hidráulica fluvial, diferente a la erosión regresiva que se forma luego del colapso de la cascada. La situación merece atención primaria que permita dar respuestas concretas a las causas que ocasionaron el colapso de la cascada San Rafael y a plantear soluciones en relación con procesos de erosión que están poniendo en riesgo inversiones públicas y privadas, entre las que destacan el SOTE y el propio proyecto Coca Codo Sinclair.

Ing. C. Ms. Kléber Rivero