El resultado obvio

Nadie debería sorprenderse realmente de que Putin y el ejército ruso hayan invadido, no apoyado, las provincias de Ucrania con la lógica endeble de que son independientes, por su decreto, y quieren volver al otrora gran imperio ruso. La próxima preocupación obvia, después del resto de Ucrania, será lo que suceda en Taiwán. ¿Se envalentonará China por las débiles protestas y acciones del resto de los países del mundo? La realidad es que nadie quiere entrar en una guerra real, posiblemente nuclear, con cualquiera de estas superpotencias. La otra superpotencia, EE. UU., es lo suficientemente sensata como para evitar una guerra total. Hay muchos otros conflictos que podrían estallar con los países vecinos de la India o la posibilidad de una reunificación forzada de las dos Coreas. ¿Cuántas personas más tienen que morir por las acciones de otro tirano? Sin duda, hemos llegado a una etapa en la que el mundo puede vivir en paz y concentrarse en problemas reales, como la pandemia de Covid, las hambrunas, los refugiados y los desastres naturales. Como diría un maestro: “Puede hacerlo mejor”. Ya es hora de que todos hagamos ese esfuerzo.

Dennis Fitzgerald