Putin y el restablecimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

Putin trata de ocultar su afán imperialista. Las repúblicas socialistas nacieron con 15 Estados autónomos y ejércitos propios. El 31 de agosto de 1991 Mijail Gorbachov trató de sostener la Unión de Repúblicas Soviéticas pero falló al no poder conservar el poder en el fallido golpe de Estado, y en el caos ocasionado, siete repúblicas, incluidas Rusia, Ucrania Estonia, Letonia y Lituania y la decantada Bielorrusia, lograron su independencia. Putin nos recuerda a Pedro el Grande, que cambió el nombre de San Petersburgo por el suyo de Petrogrado en 1914; luego se llamó Leningrado. Los déspotas de turno tienen este turismo onomástico y también numismático (monedas) por las riquezas que acumulan. El problema es que los hemisferios Oriental y Occidental se necesitan y en el convenio de Minsk (capital de Bielorrusia) no tocaron la fertilidad agrícola de Ucrania y la sequedad del suelo de Rusia, pues temen se avecine una hambruna y otras necesidades. Ucrania es un país libre y si decide pertenecer a la OTAN es problema de sus ciudadanos, hasta combatiendo con los terroristas prorrusos, ladinamente infiltrados. Nadie puede ni debe impedir lo que decida la democracia de Ucrania, por necesidades, peor por la fuerza. La seudopaz es aparente. Debemos temer todos; de estallar la Tercera Guerra los dos contrincantes resultarán perdedores y el mundo destruido

Héctor J. Cisneros Arias