El presidente que nos merecemos
O votamos por la democracia, libertad y defensa de la dolarización o por la tiranía, corrupción y miseria
Gracias a la muerte cruzada se nos presenta otra oportunidad de elegir autoridades. No la desperdiciemos, hagámoslo razonadamente para no arrepentirnos y culpando a los elegidos. La culpa es nuestra por vender el voto por una camiseta, una sonrisa u oferta demagógica. Analicemos sus antecedentes, formación académica, trayectoria política, que no sean auspiciados por partidos políticos alquilados, sino por organizaciones políticas con ideología definida y comprometidos con el bienestar del pueblo; veamos planes de trabajo que no sean una repetición de lo mismo que todos los candidatos dicen o que ya sabemos y sentimos. Lo importante es que nos den a conocer con lenguaje claro y sencillo cómo y con qué recursos lo van a realizar y cuál es el equipo de trabajo con que cuentan. El período de gestión es apenas año y medio, mas deben priorizar necesidades (seguridad, salud), partiendo de la entrega urgente y gratuita de medicinas de buena calidad, y la lucha contra la corrupción, dejando implantadas normas que no estén al servicio de delincuentes y ladrones, y eliminando de instituciones públicas a los malos servidores, que comprometidos con el correísmo deciden a favor de delincuentes y reos sentenciados. Debe ser un gobierno que ponga freno a las malévolas intenciones de prófugos que, agazapados, trabajan desde el destierro para cambiar autoridades de control y modificar leyes que les permitan regresar como héroes a tomarse el poder para siempre, como dicen estos populistas, aves carroñeras que siempre regresan por lo que dejaron. Con nuestro voto no permitamos que nos conviertan en una Cuba, Venezuela, Nicaragua. O votamos por la democracia, libertad y defensa de la dolarización o por la tiranía, corrupción y miseria.
C. Wellington Ríos V.