“Una pregunta para Lasso”

Es el título del desafortunado artículo escrito el 3 de septiembre por Roberto Aguilar, evidentemente proaborto, en el que manifiesta que el cigoto, producto de la concepción de un nuevo ser humano, no es tal, y que es producto de una creencia religiosa. Totalmente errado. Lo que existe es una coincidencia entre lo religioso y lo humano comprobado por la ciencia. El cigoto es un ser humano en el inicio de su desarrollo como tal, y que culminará con el nacimiento. El asesinar a un ser humano en cualquier etapa de su desarrollo dentro del útero es lo mismo que asesinar a una persona ya nacida de cualquier edad. Lo que no se dice en este malhadado artículo son las consecuencias emocionales que normalmente acarrea un aborto (asesinato) a la mujer que lo ha realizado. Insisto en lo que en otras ocasiones he manifestado: la alternativa al aborto es la entrega en adopción del niño no deseado.

El señor Lasso tiene los conceptos claros sobre el bien y el mal y con seguridad podría dar una explicación sobre este asunto con sus propias palabras. El aborto (asesinato) no es la solución a los problemas descritos en este artículo. La solución está en una formación en valores a padres e hijos, educar para bajar al mínimo nivel posible la ignorancia de los ciudadanos, para que sea posible que algún día los padres eduquen a sus hijos correctamente, y que los jóvenes aprendan normas de comportamiento que les permitan evitar caer en circunstancias y hechos no deseados.

Históricamente, los gobiernos han tenido a la educación académica y formación en valores correctos relegada totalmente, por conveniencia política. A un pueblo ignorante, se lo convence de cualquier cosa. No existe mejor ejemplo de lo anterior que la calidad de la mayoría de asambleístas que tenemos, al haber aprobado las barbaridades relativas al Código de Salud, que ojalá nuestro presidente tenga el acierto de vetarlo, aunque otros países ya hayan aprobado semejantes normas antinaturales.

Margarita Illingworth de Becerra