¿Perú, Estado fallido?

El fracaso de Castillo se debió, además, a que tuvo el apoyo de los neocomunistas y otros grupos populistas y seudoizquierdistas dados a la corrupción, algo que el pueblo y las instituciones democráticas peruanas rechazan.

El apresamiento al presidente de Perú es el final de un capítulo en la historia de este país. Castillo cometió un error monumental del que se deriva el fracaso de su golpe de Estado: no obtuvo el apoyo de la fuerza pública y todo indica que su decisión de disolver el Congreso la tomó sin consultar con nadie, peor con sus asesores. Fue fruto de su desesperación.

En Perú existe la figura de la presidencia vacante, por deficiencia mental-moral. El hecho de ordenar la disolución del Congreso, que es un enclave de varios y disímiles grupos con los cuales es difícil acordar cualquier cosa, si bien es posible, en la práctica no pudo ser porque la forma de darse indicaba un deseo de declararse dictador. Y en este sentido las instituciones democráticas peruanas funcionaron con toda exactitud. Ahora la continuación del gobierno sucesor seguirá dando tumbos.

El Perú no es un Estado fallido porque la economía funciona mejor que nunca. Parece que los agentes económicos y la fuerza de producción realmente se dedican al trabajo, no a politizar sus actividades.

El fracaso de Castillo se debió, además, a que tuvo el apoyo de los neocomunistas y otros grupos populistas y seudoizquierdistas dados a la corrupción, algo que el pueblo y las instituciones democráticas peruanas rechazan.

Francisco Bayancela González,