Con miedo y sin protección

Recién la Asamblea aprobó la ley de uso legítimo de la fuerza, que debe ser respaldada por el Ejecutivo

Los ecuatorianos estamos librando terribles batallas, en especial contra las mafias, delincuencia común y organizada, por lo que Guayaquil, Quito, Esmeraldas, Manta se desangran. ¡Basta! Las condiciones psicosociales, alteradas por lo que estamos viviendo, son graves; el grado de inseguridad que nos rodea es total. No tenemos dónde ir sin temor de que nos roben o maten; el sicariato es de todos los días, balaceras en cualquier rincón del país, secuestros, ante las miradas impávidas de personas y autoridades policiales. No hay respeto para nadie. El estado de excepción no ha servido para nada, las ciudades siguen a merced de la delincuencia, sin que las fuerzas del orden puedan hacer algo para frenar los abominables actos. Hoy tenemos que pensar y armarnos de valor antes de salir a hacer cualquier gestión. Dolor, indignación, impotencia y decepción... nos están llevando a actuar buscando la defensa propia. Las autoridades deben demostrar que hay sintonía en el enfrentamiento de los problemas de seguridad, con resultados palpables, pese a que el Gobierno ha sentenciado que los criminales serán derrotados. Recién la Asamblea aprobó la ley de uso legítimo de la fuerza, que debe ser respaldada por el Ejecutivo con un plan integral coordinado con los municipios, sociedad civil y sistema judicial. Debe estar financiada adecuadamente y contar con talento humano fortalecido, bien capacitado y sin corrupción de por medio. La lucha contra el delito debe involucrar a todos. 

Lic. Robespierre Rivas Ronquillo