Las medidas de bioseguridad sí salvan vidas

El 03-abr-2021 fui a una agencia bancaria en el Mall del Sur. Mientras esperaba en la fila de ingreso solicité muy gentilmente a una persona que guardara un poco más de distancia, a fin de cumplir con las normas de bioseguridad, quien en forma muy airada preguntó: “usted nunca se ha subido en la metro; para que sepa, soy nutricionista. Usted a mí no me va a perolear”. Después de aquello adoptó posición impersecuta.

El transporte público es masivo, por ello siempre existirá aglomeración, pero resistirse y sentir ofensa por recordarle el cumplimiento de una norma de bioseguridad en tiempo de pandemia, es dar entrada libre al virus a su humanidad.

Comparto este testimonio para poco a poco entender el andamiaje de las bases de incomprensión que sostiene la resistencia al uso de mascarilla y distanciamiento social por la COVID-19.

Uno de los causales de la desobediencia social sobre las medidas de bioseguridad pudiera ser la mala interpretación de algunos ciudadanos que sienten que les están ordenando, y como lo ordenan, simplemente no lo hacen. Pero es precisamente esa insensatez de la gente la que auspicia el incremento de contagios.

Cumplir con las normas de bioseguridad no reduce su libertad pero sí resta posibilidades de vida.

Ec. Marysol del Castillo