Ser “luz del mundo”...

Esa llama, convertida en faro, deberá, con su aporte, iluminar la historia de la humanidad y dependerá en gran parte...

Es difícil entender cómo una minúscula llama puede convertirse en una verdadera hoguera, que llena de luz todo el interior de una mujer. El verdadero prodigio comienza con un ser humano que se ha formado a imagen y semejanza de Dios: Poco a poco van apareciendo los órganos y tejidos. Las extremidades que van creciendo; un corazón que comienza a latir; el cerebro, los órganos de los sentidos, la capacidad para amar en el momento de la concepción. Y nace. Esa llama, convertida en faro, deberá, con su aporte, iluminar la historia de la humanidad y dependerá en gran parte de cómo los padres intervengan en su formación y logren que el brillo aparte las tinieblas de la deshonestidad, injusticia, egoísmo, irresponsabilidad e indiferencia.

Dr. Mario Monteverde R.