¡Leylah Fernández se haría ecuatoriana!

En las venas de la joven tenista de piel morena y pelo ensortijado corre sangre canadiense y ecuatoriana. Ella le contó hace poco a la prensa mundial que tiene metas superiores en el deporte blanco; el sueño que acaricia desde niña es poder llegar a estratos superiores, donde estuvieron encaramadas por muchos años las hermanas Venus y Serena Williams, de EE. UU. Y como todo lo que dice Leylah Fernández es como si lo diera envuelto con magia para que se cumpla a rajatabla, le habría comentado al Ec. Danilo Carrera Drouet, presidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis, que pronto conversaría con quien la trajo al mundo para que junte la documentación pertinente con la que se podría gestionar el cambio de su nacionalidad por la ecuatoriana. La finalista del Abierto de EE. UU., mientras permaneció en Guayaquil hizo otro anuncio responsable, al asegurar que aún le falta mejorar varios aspectos técnicos de su juego, en especial su derecha, saque y voleo, porque considera que es un imperativo categórico situarse lo más pronto entre las diez mejores raquetas femeninas del mundo. Con apenas 19 años, Leylah tiene todo el derecho del mundo a seguir pensando y actuando así. Mucho más si a su corta edad ya acumula como $ 2 millones en sus arcas, solo con mostrar su talento tasado en oro. La última palabra sobre su cambio de nacionalidad la tiene ese enorme dirigente internacional del deporte ecuatoriano y del tenis nacional. Esperemos que el Gobierno del presidente Lasso también haga algo de su parte. La novela de esta niña que viene aplaudiendo el mundo del tenis recién comienza.

Emilio Ruiz Ortiz