Los jubilados y su guerra

Siempre recordamos la conferencia que dio en vida el expresidente Velasco Ibarra en el colegio Vicente Rocafuerte. Decía, con la oratoria elegante que lo caracterizó: “Han pasado muchos años para comprender la tesis cartesiana (R. Descartes) del ‘cogito ergo sum’ (pienso, luego existo), ahora pienso y sé lo que es existir; entiendo la relación entre la teoría y la realidad, por esto vivo y estoy sirviendo al Ecuador con obras concretas y reales emanadas de mi pensar”.

Por esto Velasco Ibarra se preocupó de los jubilados, decretando en 1953 la legislación para los jubilados en general, con un humanismo propio de un gobernante. Desde entonces ciertas autoridades han respetado esta decisión, que consta en la actual Constitución del 2008. Esto ratificó con una sentencia la Corte Constitucional el 17 de julio del 2003. Los exrectores no respetaron esta ley y ojalá haya alguien que la respete y se ciña a las leyes aprobadas que respaldan a los jubilados, pues estamos sumamente enfermos y carecemos de ayuda gubernamental.

Razón tuvo el doctor Francisco Huerta Montalvo cuando escribió: Jubilados sin júbilo.

Dr. Héctor Cisneros Arias