Jóvenes y drogas
No se trata solo de sancionar a infractores, sino de crear mejores leyes.
Hay que decirlo: en todo el país y en especial en algunas provincias, hay jóvenes de 15 a 17 años que consumen droga y son reclutados por bandas narcotraficantes o de sicarios para prepararlos en otros crímenes que por su edad son inimputables y salen libres. La policía los acusa por secuestro, extorsión, porte ilegal de armas o detención en flagrancia pero como nadie los denuncia salen en libertad. Por algunos que llegan a ser detenidos, nadie se preocupa. A raíz de la pandemia, muchos menores se aislaron de escuelas y colegios, otros fueron captados por organizaciones delictivas, pudiendo empezar a ser consumidores, luego expendedores y terminar en criminales. El resultado es preocupante por el aumento de delitos cometidos en las calles. Otra parte de estos jóvenes son consumidores; abundan en ciertos sectores de la ciudad, sobre todo en puentes peatonales y vehiculares, donde tienen su vivienda, y las autoridades, ¿qué hacen? Cuando la droga domina al individuo una vida útil se pierde. Por otra parte, la lucha no solo debe ser contra el narcotráfico, sino contra la adicción. Se debe trabajar paralelamente con centros educativos, estudiantes, padres de familia, comunidad y autoridades. La ONU, inquieta por las medidas en El Salvador contra las pandillas, aplicándoles el régimen de excepción ante olas de violencia por estas organizaciones. Entendemos el desafío del Gobierno de garantizar seguridad y la posibilidad de aplicar a adolescentes las mismas penas que a los mayores de edad. No se trata solo de sancionar a infractores, sino de crear mejores leyes.
Robespierre Rivas R.