Ideologías traumáticas

Los personajes políticos que están labrando su camino hacia la temporada electoral, ya han sembrado una postura controversial

El miedo tiene repercusiones inmensurables e indescriptibles. Los humanos no olvidan las circunstancias en que han sufrido el pavor más desagradable o desgarrador. La facultad de recordar un acto de esta índole configura el trauma. La inestabilidad política consagró episodios irracionales e incomprensibles. La pugna de poderes vulneró el anhelo de justicia social y seguridad jurídica. El caldo de cultivo formado por la generación ideológica con falsa tendencia hacia el sistema igualitario, violentó el principio de equidad y tergiversó teorías marxistas o rawlsianas, y aún persiste en épocas electorales. La enfermedad vive en los humanos y espera la pequeña apertura para arrebatar la vida. Así es el populismo en la sociedad. Culpables somos de ceder la irrenunciable libertad ante semejante autoritario crítico del sistema libertario. Sin importar ideología, los derechos inherentes a la dignidad son la esperanza para limitar al poder del fascista o comunista. El trauma continúa persiguiendo la difícil situación económica de aquellos creyentes del discurso igualitario; ahora empiezan por considerar la opción radicalmente contraria. Hoy aparece el antagónico Carta a Madrid, cuya finalidad es curar el agravio traumático del protagonista latinoamericano socialismo del siglo XXI. En conclusión, la tregua está lejos de llegar a una población con urgente necesidad de democracia, y fraternidad. Los personajes políticos que están labrando su camino hacia la temporada electoral, ya han sembrado una postura controversial. ¿El cultivo justificará su elección popular?

Daniel Mejía Terán