Hemos pecado de ingenuos

Pero el pueblo enardecido les dará su lección, no en las urnas, sino en las calles. Estamos hartos.

¿Qué derecho puede tener alguien que no siente ningún respeto por la vida de otros? Alguien que no solo se burla de los derechos de los demás, sino que encuentra placer en humillar y destruir a sus semejantes. Alguien que por empuñar un arma (o ejercer un cargo público) se cree todopoderoso y dueño de los destinos de otros.

¿Qué piedad puede merecer quien se apropia de los bienes públicos con el único objetivo de satisfacer sus ínfulas de rey y no le tiembla la mano para mandar a eliminar a sus enemigos?

Hemos sido demasiados ingenuos al confiar en el sistema judicial. Pero el pueblo enardecido les dará su lección, no en las urnas, sino en las calles. Estamos hartos.

Rosario Valencia