O los hampones o nosotros

Han perdido ya todo vestigio de respeto por la vida ajena

La ciudadanía organiza marchas y plantones para reclamar a las autoridades más acciones ante la ola criminal que nos azota. Es un pedido justo, nadie dice lo contrario, pues es una obligación básica del Estado ofrecer seguridad a la población.

Sin embargo, los criminales que pertenecen a estas bandas organizadas, obnubilados por un poder que creen tener al alcance de la mano gracias al arsenal que han acumulado, se ríen de estas manifestaciones pacíficas. Han perdido ya todo vestigio de respeto por la vida ajena, obligando al ciudadano de bien a considerar que solo matando a los mafiosos será posible recuperar la paz. Es nuestra vida o la de ellos.

Juan Carlos Vásquez