Guayaquil y Quito, ciudades descuidadas
En la capital se debe impulsar algo similar para rescatar su centro histórico y paralizar la destrucción de barrios tradicionales
Ver desde el cielo los campos cada vez más amenazados por la voracidad de la ciudad, y esta cada vez más lejana de las zonas de seguridad, de abastos. Una urbe descuidada en sus espacios y bienes públicos. ¿Cómo no sentir profunda pena y rabia al observar el edificio desde donde se imparte la justicia (?), en cuya fachada la bandera nacional y de la ciudad se encuentran rotas, sucias y maltratadas? Es reflejo del nivel de la justicia que se imparte. Los dos grandes polos de desarrollo, Quito y Guayaquil, están cubiertos por un gran velo y moho de descuido, y quizá de franco abandono, no solo por sus autoridades, que miran para otro lado, sino también por sus habitantes, que olvidaron sus deberes y obligaciones y encontraron la respuesta en el consumo y en dejar todo para un mañana sin horizonte alguno. Esto debe ser pensado y corregido. La iniciativa que desde este medio se impulsa para recuperar el centro es una magnífica idea, que la sociedad civil y las instituciones guayaquileñas deben auspiciar y apoyar. En la capital se debe impulsar algo similar para rescatar su centro histórico, paralizar la destrucción de barrios tradicionales, detener la apropiación de la vista al Pichincha y sus valles con edificaciones altaneras. No permitir la construcción del proyecto dentro de los predios del antiguo Hotel Quito, sino restaurar el hotel, al igual que los edificios de la Caja del Seguro, del banco La Previsora y no olvidar la feroz destrucción de la antigua terminal del aeropuerto de Quito, víctimas de la desidia y abandono.
Wagner M. Mantilla Cortés