Nuestra democracia es tan primitiva que los electores se dejan seducir por discursos sin alma, propuestas baratas y demagógicas, o simplemente no les interesa por la decepción creada por los partidos políticos y sus aberrantes caudillos, que impiden que gente de honor y de bien pueda construir un mejor Ecuador. Los jóvenes debemos y tenemos la obligación de destruir la “democracia primitiva” que vivimos; es obligatorio tomar consciencia plena de a quién le confiamos el voto este 2021 para que dirija este barco destrozado llamado Ecuador, que se encuentra a la deriva, en deterioro político, económico y social; y raptado por un grupúsculo de sectarios seductores que adoran la corrupción y la miseria. Esta “democracia primitiva” está en todo su esplendor, más aún cuando vemos cuadros inaceptables en los diferentes partidos políticos comandados por quienes ejecutan el papel de “feudales políticos” que dan venia sin análisis o criterio a la participación de familiares, amigos, hijastros, testaferros Todos estos solo responden a los intereses y necesidades de sus liderzuelos, jeques políticos o señores feudales de turno y sus protervos intereses, así nos demoremos 10 minutos en sufragar. En estas elecciones debemos elegir a las personas que darán lo mejor de sí para el progreso del país y sus habitantes.

Jaime A. Véliz Ortiz