Ejército conspirador

Resulta irónico y socarrón mirar a los policías corriendo perseguidos por los indios y con el documento del Uso Progresivo de la Fuerza bajo el casco. Los ‘izas’ ya no usan lanzas ni cerbatanas; tienen fusiles, pistolas, dinamita y escudos; avanzan, retroceden y atacan mediante tácticas de guerra enseñadas por cubanos, venezolanos y barbudos mercenarios generosamente gratificados. En las noches ‘hacen caja’, se reparten coimas y planean qué calles y parques destruir, qué edificio incendiar y por dónde iniciar el flagelo para eliminar documentación que incrimina a los delincuentes amnistiados por la Asamblea, receptáculo de vagos obediente al ladrón del siglo que, con tal de seguir robando, no vacila en usar a los indios, su lucha y su ambicioso jefe para dar un golpe de Estado abyecto y vergonzoso, todo con la eficaz ayuda del jefe de la Asamblea que sin acholarse vota por la destitución del presidente, tras dilatar los tiempos hasta ‘negociar’ los votos que den mayoría. Entre indígenas y Gobierno se firmó la paz que durará 3 meses si nos portamos bien. Tienen a su favor toda la mafia rica y poderosa administrada por el Foro de Sao Paulo, que gana adeptos que se perpetuarán de por vida en los países conquistados, siendo los últimos Chile y Colombia, donde Petro abrazado a Maduro decidirán qué hacer con Ecuador. Finalizado el paro, a reconstruir Quito. La justicia debe considerar que nada tiene que ver la paz con los delitos cometidos por los vándalos y su jefe. El prófugo que a más de ladrón se ha vuelto golpista, deberá empezar de nuevo, nunca es tarde para conspirar.

Dr. Carlos Mosquera B.