La educación y la democracia deben garantizar el cargo a los mejores

Debería ser emblemático el caso de la Sra. Chalá para juzgar los juegos cruzados de la democracia y la educación en nuestro país. Se conjugan varios factores: quien busca un juez fuera de la jurisdicción que corresponde para que dicte una acción de protección; un juez que dicta una acción de protección para desconocer un juicio político. Demostración de profesionales que no conocen sus profesiones. La solicitud de una acción de protección a un juez que no es competente demuestra desconocimiento de la legislación que está llamada a garantizar. El caso evidencia que tanto personas designadas como electas no tienen la preparación adecuada para ocupar el cargo. Una escasa educación no es garantía para nadie en un puesto que tiene en sus manos decisiones trascendentales sobre un pueblo. Su falta evidente de conocimientos constituye un peligro para analizar circunstancias que puedan significar riesgos para la democracia. ¿Por qué ocurre esto? Por no existir un sistema de requisitos exigente que garantice que una designación o elección va a colocar a los mejores en los puestos correspondientes. Este defecto de la democracia en nuestro país es una puerta abierta al desastre. El Código de la Democracia fue creado por personas con escasa formación profesional y cultural, y las modificaciones recientes muestran que los encargados de hacerlo se encuentran en el mismo nivel. Una educación deficiente es garantía para una democracia pobre e inadecuada.

Ing. José M. Jalil Haas