Cartas de lectores

A Dios lo que es de Dios

A Cynthia lo que es de Cynthia y a Dios lo que es de Dios. 

Cuando estábamos en plena pandemia y morían por decenas a diario, se produjeron dos fuertes lluvias; la penúltima barrió todo Guayaquil. A partir de ese entonces las muertes bajaron de manera sorprendente. No siendo una ciudad de última tecnología es fácil percibir que hubo intervención divina. Lo menos que puede salir de nuestros corazones endurecidos es un “Gracias Padre”. Si bien la Alcaldía ha efectuado un buen trabajo, no hemos escuchado de nuestras autoridades un categórico agradecimiento a nuestro Creador, como sí lo han hecho con la alcaldesa. A Cynthia lo que es de Cynthia y a Dios lo que es de Dios. 

Ronald Orellana Ampuero