La delincuencia impune en nuestra urbe

"¡Auxilio! Guayaquil es una selva amazónica, no llena de animales salvajes, sino de delincuentes que cometen toda clase de delitos impunemente"

Basta de tanta palabrería: “supuestamente”. Con esta expresión califican todos los delitos cometidos por criminales los abogados defensores, que tienen muchos recursos para salir siempre airosos.

Me apoyo en las expresiones del Sr. Roberto López Moreno, columnista: “Qué vergüenza” relata las expresiones de un policía que está frente a un individuo. Él observa que le dispara un tiro a una señora que cae al piso herida, envuelta en sangre. El policía narra: mi impulso policial persiste pero pienso: no tengo apoyo de nadie, ni de la misma Policía. Se me acabará mi carrera, el ministro del Interior no me defenderá, el ministro público me acusará y el Ministerio del Poder Judicial me sentenciará, por eso no puedo disparar, maldito desalmado...

Los términos usualmente utilizados por todos los medios de comunicación, que rayan estridentemente ante todo delito que cometen los “pobres” delincuentes que tienen la ley a su favor, todo lo califican de “presuntamente, prudentemente, aparentemente. Son el “estribillo” más utilizado ante tanto delito. A tal punto que los abogados defensores de estos criminales lo tienen a su favor para lograr su no culpabilidad de todo robo, crimen flagrante. Y el policía, si actúa para evitarlos va preso. Los delincuentes se ríen a mandíbula batiente y los congresistas hacen oídos sordos para derogar estas leyes que dejó sembradas el “Rafa”, ya que ellos sí tienen protección, ganando buen sueldo y dilatando el tiempo en peleas internas entre sí. ¡Auxilio! Guayaquil es una selva amazónica, no llena de animales salvajes, sino de delincuentes que cometen toda clase de delitos impunemente.