El cumplimiento del deber

Para evitarlo, el Departamento de Salud Mental de la PN, en caso de existir, deberá tener las respuestas

La sanción impuesta al servidor público de la Policía Nacional que eliminó a dos infractores ha desatado una ola de protestas en contra de la decisión de los jueces, a la que me he sumado como ciudadano alarmado por el alto índice delincuencial que vive el país.

Sin embargo, más allá de consignar el desacuerdo, bien valdría preguntarse si existe entre los departamentos de salud de la Policía Nacional alguno encargado de la salud mental de quienes están dentro de esas filas.

Hace poco altos jefes recibieron una sanción de tipo moral al rescindirles sus visas a los Estados Unidos, pero, ¿se han investigado seriamente los motivos psíquicos que los llevan a cruzar ciertos límites? No se solicita sanción pero sí tratamiento.

Por otra parte, para el ciudadano de a pie es frecuente toparse con elementos del más esmirriado grado que hacen gala de prepotencia y hasta patanería en el trato a quien deben proteger, sin que se pueda concurrir a un sitio donde presentar la queja respectiva, la cual se ahogará en un mar de inútiles trámites.

Es conocido que el temor desencadena odio, y la pasión se transforma en violencia. Todo se incrementa con imágenes de héroes a ultranza. Para evitarlo, el Departamento de Salud Mental de la PN, en caso de existir, deberá tener las respuestas.

Ricardo López González