El coronavirus y sus enseñanzas

Todo lo que estamos viviendo nos lleva a una realidad distinta que debemos reconocerla a partir del 24 de mayo. Dios proteja al Ecuador.

Jamás nos imaginamos llegar a tener una terrible y devastadora pandemia en nuestro país y en el mundo. Cuánto daño ha causado en tan poco tiempo, apenas dos meses, aproximadamente. Nunca estuvo el mundo preparado para enfrentarla.

El primer mundo no logró frenarlo con toda su tecnología y recursos económicos. Pero evaluemos, dentro de la terrible crisis, qué de positivo nos está enseñando.

El reencuentro familiar, la unión, el calor de hogar, el contacto más cercano con padres, hijos, hermanos, son sentimientos que han resurgido ahora por el encierro obligatorio. Podríamos decir, ¿hace cuánto tiempo no nos reunimos, aunque fuera virtualmente, con toda la familia?

De otro lado están las normas de higiene, como lavarnos las manos con mayor frecuencia, cubrirnos la boca al toser o estornudar. Los zapatos que usamos para salir a la calle vienen recogiendo todos los virus y bacterias que a su paso encuentran, ahora tenemos que llegar a nuestra puerta de entrada al hogar y sacarnos esos zapatos y ponernos nuestras zapatillas. Usar alcohol y gel antibacterial para todo lo que se traiga de afuera de casa.

Por otro lado, hemos identificado las graves pugnas al interior del Gobierno y con municipios, las pugnas son bárbaras.

De igual manera debemos reconocer la grave desobediencia civil en nuestra sociedad, ejemplos negativos que nos han hecho mucho daño y que nos miran desde el exterior.

La desobediencia civil, ¿de dónde surge? Indudablemente que de una mala formación en los hogares. Se evidenció que la falta de valores es tan negativa que ahora nos lleva a los graves contagios del virus y hasta a la muerte.

Todo lo que estamos viviendo nos lleva a una realidad distinta que debemos reconocerla a partir del 24 de mayo. Dios proteja al Ecuador.

Lcdo. Michael Vicuña Botto