La consulta presidencial

Auditar el número de miembros de cada organización política se hace indispensable, pues el CNE habría incumplido tal obligación

En uno de los últimos programas de Hora 25 que trasmite el canal 4 de esta ciudad de Quito, pude escuchar comentarios a favor y en contra de tal materia. Uno de ellos era el de un correísta que, obviamente, descalificaba todo porque estimaba que “ninguna de las preguntas planteadas solucionaba ninguno de los problemas nacionales”. Los otros participantes, en representación de la academia, sin desechar la posibilidad de que la consulta no es perfecta, ni busca, ni puede solucionar “todos los problemas”, sí permitiría atacar, al menos, los más trascendentes. 1) La extradición de determinados narcotraficantes, traficantes de armas o de personas, no va a eliminar el crimen internacional, pero sí lo va a frenar “por el miedo de los transgresores a ser juzgados por tribunales más severos”. 2) Respecto a la disminución del número de asambleístas, la oposición estima que ello no va a mejorar la calidad de sus miembros, olvidando que sí permitiría que el “número de descalificados sea menor”, a más del ahorro fiscal, pues estos egresos podrían ser superiores en los próximos años. 3) Auditar el número de miembros de cada organización política se hace indispensable, pues el CNE habría incumplido tal obligación para evitar ‘afiliaciones fraudulentas’, por lo cual la ratificación la responsabilidad es inevitable, lastimosamente. 4) El eventual traslado de la facultad de nombrar las principales autoridades de control, desde el Cpccs a la Asamblea sí es motivo de grandes dudas pues no se eliminaría el tráfico de influencias y porque entregarle esta responsabilidad a un organismo descalificado como el Parlamento, que nunca garantizará seriedad en sus decisiones, es motivo de preocupación.

Iván Escobar Cisneros