Construyendo valores

Vivimos en una época en que los valores, lamentablemente, no siempre se construyen dentro del hogar y la familia, o la escuela, o la Iglesia, o por último el Estado. Así sabríamos si sus “matices” tienen su origen en alguno de ellos.

La prensa, medios de comunicación, películas, videos, la música, las aplicaciones, son los nuevos marcadores e instructores del desempeño social, cultural y moral de nuestros tiempos. A esto hay que agregar la fuerte presión que implica estar tan globalizados, que universaliza comportamientos foráneos, apropiándoselos y replicándolos (muchas veces fuera de contexto).

Mi observación tiene que ver con el compromiso que los medios tradicionales tienen en la construcción de una opinión pública liderada por personas interesantes, capaces, con discursos propios y criterios. Muchas veces compiten por mantener ‘raiting’ de masas y renuncian a la selectividad de sus programas o reportajes e incluyen demasiados espacios que a lo único que contribuyen es a tener “morbo” por la vida de otros. Ya basta de eso. Los profesionales deben elevar su desempeño, no puede ser que se entreviste a cualquiera que busque notoriedad (en ningún ámbito). La opinión pública se construye a través de quienes tienen algo interesante que compartir.

Cualquiera que tiene cinco minutos de atención pública puede generar cambios. Y esos cinco minutos no los pueden tener quienes no aportan algo. Hay que obligar a quienes participan de la vida pública a ser mejores, a prepararse, a que se conviertan en verdaderos representantes de quienes no tienen la posibilidad de esos cinco minutos al aire.

Lorena de Crespo