Del clan Le Pen a Vox

“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. Estos días le tocó a nuestro mayor y más parecido vecino, Francia, decidir sobre su nuevo gobierno, en una segunda vuelta electoral entre los dos partidos más votados: o seguir con el de centroderecha de Macron, o aceptar el creciente partido del clan familiar Le Pen que, retirado el padre, preside su hija, Marine; grupo que por su relativa novedad y fuerte extremismo reclama nuestra especial atención. Macron, tras ser presidente durante cuatro años, había conseguido preelecciones el 27,85 % de los votos. Marine Le Pen, sin experiencia gubernamental, el 23,15 %; la abstención el 73,69 %. Todos los partidos perdedores pidieron que se vote a Macron para evitar el triunfo de Le Pen, excepto un pequeño partido también de ultraderecha. Sin haber cambiado su programa, ya en 2017 Marine sostenía que no podía cumplirlo en más de un 10 % sin salir de la Unión Europea, lo que solo quieren los ultraderechistas. ¿Cómo podía pues, afirmar ahora “quiero hacer un Gobierno de unidad nacional”, “sin anticiparme a la voluntad de los franceses”, escogiendo sin mirar si son de derecha o izquierda, cuando rechaza y es rechazada por ambas? No cabe mayor embuste a los votantes. Tengámoslo muy en cuenta también aquí, ante el relativo auge de su hermano gemelo, Vox.

Martín Sagrera Capdevila