Cartas de lectores | Rescatar al país de los enemigos de la patria
Todos debemos trabajar en el proyecto que tiene siete letras y se llama Ecuador
La ciudadanía debe concienciar que estamos viviendo un grave problema: delincuencia organizada, y asumirlo. Todo lo que estamos viendo y nos preocupa es falta de ética social. Emisión de títulos falsos, gobernantes que solo buscan llenarse los bolsillos, jueces corruptos nombrados a dedo; policías con uniforme militar que cometen delitos en contubernio con delincuentes; agentes de tránsito que piden coimas por infracciones del conductor; abogados que al cliente le sacan dinero a más no poder a cambio de la libertad; alcaldes y prefectos que realizan trabajos mediocres sin hacer obras para la ciudad o provincia; rectores de instituciones públicas y algunas privadas que se jactan de ser éticos pero tienen rabo de paja; directores de aduanas que reciben pago millonario a cambio de facilitar nombramientos; compañías aéreas que tras la pandemia, en vez de ser más solidarios son como pulpos que utilizan sus tentáculos para succionar al viajero; padres de familia que ofrecen regalos a cambio de notas o pases de año de sus hijos; docentes débiles de carácter y falta de mística para enfrentar indisciplina; estudiantes mediocres que quieren ganar el año sin esforzarse; dirigentes deportivos que contratan jugadores con cédulas falsas; clínicas de salud que se aprovechan del dolor para obtener réditos financieros, etc. Coimamos sin límites, llegando a la cima sin haber escalado la montaña; cosechamos sin haber sembrado. Todo ello conlleva a una sociedad carente de valores, de respeto, compromiso y disciplina. Es la radiografía de mi país, que pierde el norte y equivoca su rumbo. Este generalizado encogerse de hombros y de energías es un singular reflejo de una crisis de vida, de una época de desaliento y desencanto, de confusión y promesas incumplidas, de horizontes cutres, ausencia de valores éticos y morales. Se ha pasado de una ética del esfuerzo a la de la diversión. Estamos frente a un cáncer social, donde la corrupción cunde por todos lados y los hombres ya no creen en la justicia.
Cuando se vive en una casa sin cimientos morales sólidos, se vive con el temor de que se derrumbe. Para producir frutos, el árbol ha de tener raíces fuertes y cuanto más alto es un edificio, más fuertes serán sus cimientos. La sociedad se encuentra confundida, carente de normas básicas. ¿Habremos perdido los principios esenciales de la vida?.
Todos debemos trabajar en el proyecto que tiene siete letras y se llama Ecuador.
Sara María Garaicoa Granizo