Cartas de lectores | La Perla del Pacífico y su fundación
Una leyenda relata cómo antes de ser capturados Guayas sacrificó a su esposa y luego a sí mismo para no entregar sus tesoros
Aunque algunos historiadores mencionan su origen en Riobamba, se reconoce oficialmente el 25 de julio de 1535, en el Cerro Santa Ana, como su asentamiento definitivo. La ciudad ya existía antes de la llegada española; fue habitada por aborígenes dedicados a la agricultura, pesca y artesanías. Su espíritu de lucha les permitió resistir adversidades, ganándose el apodo: Guayaquileño, madero de guerrero. La historia de Guayaquil se divide en cuatro etapas: precolombina (tribus originarias), colonial (influencia española), independencia (emancipación) y época republicana desde 1830. Su nombre proviene de los caciques Guayas y Quil. Una leyenda relata cómo antes de ser capturados Guayas sacrificó a su esposa y luego a sí mismo para no entregar sus tesoros a los conquistadores. Expertos indican que los primeros pobladores llegaron hace más de 25.000 años desde Asia, cruzando el estrecho de Bering. Guayaquil es cultural, turística, comercial y religiosa, rica en tradiciones, leyendas (La dama tapada, María Angula), y juegos tradicionales como el trompo o las bolitas. Ha dado grandes poetas, músicos, deportistas y escritores como Medardo Ángel Silva, Julio Jaramillo, José Joaquín de Olmedo. Posee lugares emblemáticos como la Catedral, Las Peñas y el malecón. Su gastronomía es otro orgullo: encebollado, guatita, caldo de bolas y chicha resbaladera. Guayaquil crece y avanza por el esfuerzo de todos. Merece ser celebrada con trabajo, respeto y libertad. ¡Viva Guayaquil!
Juan González Freire