Cartas de lectores | País sin rumbo
En síntesis, lo único cierto es que, luego de tantas denuncias sobre corrupción, el país se nos va de las manos
Mientras el país cabalga, a modo de corcel domado por la inseguridad y muchos problemas más, el común de los ecuatorianos parece sentirse cómodo en el sofá del conformismo, contemplando las telenovelas mediáticas a través de las cuales el Gobierno pretende hacernos creer que hay algo mágico en el ambiente.
El aletargamiento es igual de letal, o peor quizá, que la bomba de odio que se gesta en redes y diversos medios de comunicación oficial, donde determinados ‘periodistas’ tuercen la verdad con tal de no perder el derecho de pernada.
En síntesis, lo único cierto es que, luego de tantas denuncias sobre corrupción, el país se nos va de las manos, porque todas las instituciones del Estado están podridas.
Si en verdad queremos salvar la nación, alguien tiene que decirlo: es urgente señalar y exterminar, primero a los delincuentes políticos, porque es gracias a ellos, que los delincuentes comunes y mafias organizadas, tienen patente de corso para hacer pedazos el país. Es típico y notorio que mientras el pueblo sobrevive pensando si su familia comerá al siguiente día, estos políticos inservibles pasean su vanidad en autos de lujo, con las manos manchadas de sangre unos, y otros con las medicinas que le roban a los hospitales.
Es hora de frenar esta barbarie.
Juan Idrovo