Cartas de lectores | Limpieza de jueces corruptos
El problema es que a jueces corruptos los protege una red de abogados de los consejos de las judicaturas
Verdaderamente, los integrantes de la Función Judicial, salvo contadísimas excepciones, se salvan de la corrupción.
Si las sentencias, autos y providencias que dictan los jueces se alejan de la justicia y el derecho por las causas que rinden más, la Función Judicial va al abismo.
El problema es que a jueces corruptos los protege una red de abogados de los consejos de las judicaturas en todas las provincias del país.
Las noticias de corrupción que se hacen públicas y llegan a nuestro conocimiento provienen principalmente de Pichincha, Guayas y alguna que otra en Azuay; desconocemos qué sucede en las veintiún restantes provincias, donde los jueces administran justicia a su antojo, con la complicidad de los consejos de la judicatura que, en lugar de sancionarlos, los protegen.
Conozco barbaridades cometidas en juzgados multicompetentes, especializados en garantías penitenciarias, penales, etc., y otros con sede en cantones y provincias del país. Por ejemplo, una acción de protección seguida por invasores y traficantes de tierras que demandan como víctimas al gobierno municipal de Lago Agrio fue fallada por un juez de primera instancia, violando el artículo 201 y 268 del Código Integral Penal, a favor de los delincuentes, ordenando al alcalde realizar obras de urbanización y servicios para ellos; una verdadera apología al delito. Apelada esta inverosímil sentencia, la Corte de Justicia de Sucumbíos la rechazó y ordenó la desocupación de los terrenos invadidos, confirmando esta decisión en la respuesta al recurso de aclaración presentado por los invasores. La Corte Constitucional también condena a los invasores. Por mandato de la ley, corresponde al juez de primera instancia ejecutar la sentencia de segunda instancia, pero este se niega a cumplirla, a pesar de los pedidos del alcalde.
La queja contra este juez en el Consejo de la Judicatura fue inadmitida, y no se hace nada porque se protegen entre ellos. Ha pasado más de un año desde que la sentencia está ejecutoriada y firme, y por culpa de estos malos jueces y abogados del Consejo de la Judicatura de Lago Agrio, los invasores siguen campantes. ¿A esto podemos llamar justicia? ¿O corrupción?
Gustavo Chiriboga Castro