Cartas de lectores: Líder voluntaria, María Eugenia Plaza de Plaza

El voluntariado hospitalario está de luto porque no contaremos con su presencia 

Siembras a cada paso de tu vida, el respeto, los ideales, la alegría; tu grandeza la entregas espontánea, haciendo brillar el alma cada día. Eres digna mujer, no hay quién te iguale, rebosante de amor y de desvelo; te despojas de ti siempre radiante, para brindar a los demás consuelo. ¡Quién pudiera como tú, líder innata..., dar tanto y todo de tu vida!, eres pues la esperanza que se siente y eres..., la realidad compartida. 

Efervescente mujer, tú siembras tanto, las ilusiones son parte de ti misma. ¡Tú siembras todo en el alma, tú cosechas todo en la vida.! Esto lo escribí el 16 de septiembre de 1992 con inmenso cariño para María Eugenia, y se lo entregué en sus manos con un inmenso abrazo cuando yo era voluntaria de Ashvol y ella era la presidenta., dignidad que la llevó como un estandarte, con paciencia, sacrificio y amor por los demás, por años y años; luego fue presidenta vitalicia, pero seguía en su apostolado por las causas nobles. Fue la fundadora de Acorvol, institución de voluntariado en Guayaquil.

Ha partido al más allá, pero dejando un gran legado, tanto en su familia que continúa con su honrosa labor, como en el voluntariado hospitalario, que se nutrió de su innata sabiduría y don de gente, por su nobleza y gran corazón. El voluntariado hospitalario está de luto porque no contaremos con su presencia pero, ella ya está gozando de la Gloria de Dios y de seguro es un ángel del cielo, como lo fue aquí en la tierra.

¡María Eugenia querida, te llevamos en nuestro corazón, siempre y hasta siempre!

Myrna Jurado de Cobo