Cartas de lectores: ¡Jenny Estrada Ruiz, antorcha de luz...!

Dejaste un jardín florecido, una familia hermosa y amigos por doquier; que sentimos tu latido tanto hoy como ayer

¡Mujer inigualable de profundos ideales! Con música en el alma, pasión por la vida y grandes atributos morales, fuiste una guayaquileña digna y admirable. La historia, una promesa que a tu campo llegaba, la desentrañabas, con respeto y documentada. El Archivo Histórico , tu tesoro anhelado, que recorriste ansiosa con fervor inusitado, te abrió siempre sus puertas con inmenso cariño, que expandieron tu visión hacia nuevos destinos. Tantos libros escritos..., en tus noches calladas, o en los días que pasabas un tanto acalorada; en el periodismo inmersa o en el arte anhelado, pero siempre fuiste por tu honor, un valor agregado. Tu pasión por la música, recorrido entrañable de ancestros familiares, que arpegios arrancaron en las tertulias íntimas que siempre deleitaron. El sentir de tu pueblo en música reflejada, que por lo bella y sencilla al alma te llegaba; tu la quisiste honrar y elevarla a la gloria, por eso se crea el Museo de la Música, para ensalzar su historia. Se reviste el pasillo de emoción infinita, ya no será olvidado y en el alma palpita, con tu don de maestra y tu voz cantarina, tú lo desempolvaste y lo elevaste a la cima. Hurgando los rincones del alma propusiste, el amor a raíces por todos olvidadas, un nuevo sentimiento musical nace hacia la música nacional, en la juventud plateada. La Escuela del Pasillo, obra de una quimera, varias generaciones ya la veneran.; pero fuiste tú, paloma mensajera recta y elocuente, que hizo brotar agua musical de esta fuente. Mucho te dio la vida, pero un tanto te quitó y un gran dolor te marcó; mas tú, mujer de las mil batallas e inusual fortaleza, con la frente en alto superaste tu aflicción, entregando más amor. Dejaste un jardín florecido, una familia hermosa y amigos por doquier; que sentimos tu latido tanto hoy como ayer. ¡Tu piano está callado, sus teclas ya no suenan y tu voz ya no canta!, pero tu bello recuerdo nos encanta. Tú, antorcha de luz, tienes que seguir iluminando, tanto por el amor que entregaste, cuanto por tu deber cívico con el pueblo guayaquileño y el Ecuador entero. Por derecho propio, la Escuela del Pasillo debe llevar tu nombre: Jenny Estrada Ruiz, para darle más renombre.

Myrna Jurado de Cobo