El 7 de octubre debería ser un día de ingrata recordación para la humanidad y no lo es. Fue un día de dolor y humillación para el pueblo judío, pues un grupo de terroristas asesinos penetró en suelo sagrado y cometió las peores atrocidades jamás vistas. ONU, Unrwa, Cruz Roja y otras instituciones apoyan encubiertamente al pueblo palestino contra el derecho del pueblo israelí de defender su gente y su tierra del terror generado por Hamás. 

Algunos gobiernos apoyan abiertamente o a escondidas al pueblo palestino aduciendo que son víctimas del terror judío que reclama la devolución de más de 100 rehenes (niños y ancianos, hombres y mujeres, sanos y enfermos, israelíes y ciudadanos de varios países). Lamentablemente, el mundo se niega a ver la escena completa. 

Los ‘malos’ son los que se defienden y combaten al terrorismo. Los ‘buenos’, los que tienen arsenales y cohetes destructores instalados en hospitales y escuelas, que construyen miles de kilómetros de túneles subterráneos para esconder sus iniquidades, se esconden detrás de las faldas de mujeres palestinas y sus pequeños hijos. Increíble pero cierto, el mundo defiende a los terroristas y pretende robar el derecho de Israel a defenderse y eliminar a los terroristas. 

Mientras, desde el norte, otro grupo terrorista llamado Hizbulá, sigue buscando la destrucción del pueblo escogido. Para colmo, el mundo pide a Israel que se olvide del 7 de octubre, que no se defienda y no reclame por el centenar de retenidos por las ensangrentadas manos del terror. ¿Quién entiende al mundo?

Gustavo Vela Ycaza