Cartas de lectores: Los intocables

Serán muy pocos los que se atrevan a honrar la verdad

Lentamente van cayendo las máscaras con las que se disfrazaban de jueces, fiscales, policías y políticos bienhechores, creyéndose dioses intocables; la soberbia gobernaba sus endiablados corazones. De sus miradas bondadosas y sus piadosas sonrisas solo queda el recuerdo, pues hoy nos muestran con miradas torvas y sardónicas sonrisas, su verdadero semblante maléfico. Sus rostros antes pletóricos de codiciosa dicha, hoy se fruncen y retuercen en lastimeras muecas al sentir el peso de la justicia sobre sus humanidades amantes del mal. Sus corazones de dura piedra, hoy se van desliendo al contemplar la verdad desnuda frente a sus miradas desconcertadas. Sus piernas otrora ligeras para delinquir, hoy se tornan blandengues y temblorosas, lo que los obliga a postrarse de hinojos suplicando la misericordia que ellos nunca tuvieron. Sus almas gélidas e impenetrables se calientan ahora con abrazos penitenciarios de sus compinches de largas uñas y corazones ardientes. Serán muy pocos los que se atrevan a honrar la verdad, reconocer sus errores y devolver lo mal habido; la mayoría se esconderá en el silencio cobarde de los miserables…

Gustavo Vela Ycaza