Cartas de lectores | Imposible sin reforma interior

Hasta que el planeta no sea un espacio fraterno, no tendremos paz ni sosiego

Edificar una sociedad con un rostro más impecable y solidario es vital para reconstruir la placidez en nuestras vidas. Esto exige constancia y tesón para revitalizar el sistema social y democrático entre los diversos Estados, promoviendo la acción conjunta y coordinada mediante el imperativo de lo imparcial y la promesa de un porvenir más saludable para todos. Hasta que el planeta no sea un espacio fraterno, no tendremos paz ni sosiego. Por tanto, sin reforma de nuestro interior es inevitable la pedrada. De igual modo, sin transformación de las instituciones también es insalvable la fragmentación, lo que repercutirá en más crisis de todo tipo, como es el avance real de la pobreza, el hambre y la desigualdad.

Víctor Corcoba