Cartas de lectores: Gracias, Dios mío, por iluminarnos

Es prioridad sembrar nobles ideales pues el hombre se nutre con la dignidad y el fruto de su esfuerzo

Gracias por el voto SÍ en la consulta popular. Solo dos preguntas fueron negadas porque el pueblo no las comprendió en su totalidad. Nuestro Ecuador, otrora paraíso glorificado y respetado por sus hijos, hombres de honor, hoy se desangra sin piedad; hombres de horror lo aniquilan con corrupción. Mentes codiciosas nos invaden, la ausencia de valores nos denigra, el caos institucional nos depreda y cántaros de iniquidad nos lapidan. ¿Hasta cuándo, patria, te vestimos de vergüenza y coronamos de dolor? ¿Hasta cuándo burlamos leyes, creando caos y sembrando inseguridad? Vencimos la invalidez espiritual cubierta de miedo que nos tenía paralizados, permitiendo que primara la ignorancia. No más pobreza, paralización del aparato productivo, ausencia de fuentes de trabajo, migración masiva, centralización del poder, auge delincuencial, narcotráfico, niñez desamparada, vejamen a ancianos y jubilados, miseria e inseguridad. ¿Por qué tanto deshonor, dónde está el amor al lábaro patrio? Hoy la hidalga y pujante Guayaquil, antorcha de luz y corazón de la patria, clama por justicia, al igual que todo el país agobiado por apagones, no solo de luz, sino del alma. Es prioridad sembrar nobles ideales pues el hombre se nutre con la dignidad y el fruto de su esfuerzo, mas no con injusticia, dolor y caridad que es humillación. Dios estará siempre a nuestro lado iluminándonos. Digamos con fe: ¡sonreiré por ti patria mía y lucharé siempre con derecho, hasta entregar mi vida si es posible y derramar mi sangre en tu lecho! Este debe ser el sentir y accionar de todo ecuatoriano, caso contrario, no merecemos haber nacido.

Myrna Jurado de Cobo