Cartas de lectores: La frase estúpida del año

La actual ministra de Energía y Minas no debió ser llamada a comparecer a la Asamblea, a menos que pretendan justificar lo injustificable

La insulsa frase que está en boga, la cual es manifestada (con honrosas excepciones) por casi todos los asambleístas y autoridades de elección y los de nombramientos, se generalizó ya en el contexto cotidiano, al decir, hacer, prometer y en sustancia no hacer nada. La frase pretexto es: “arrimar el hombro”. Sin señalamiento alguno. Esta es la forma más rápida de englobar todo aquello que se puede materializar y que imaginan que lo pueden realizar, pero del cómo, dónde y por qué no tienen el más mínimo conocimiento.

Lo más cercano de lo que está ocurriendo es la ineficiencia para evitar la crisis energética, con sus consabidos apagones. De manera descarnada anuncian que no tienen plazo para que se solucione en este año, a lo mejor en el próximo mes de marzo del 2024 vuelva la normalidad. Agregamos: siempre y cuando la sabia naturaleza se apiade del país.

Esta declaración no es una afirmación con visos de seguridad, y en acto seguido anuncian que arrimarán el hombro para que esto suceda.

En cualquier país del mundo esta crisis o negligencia ya se habría solucionado en menos de una semana, a más tardar, teniendo en consideración que son ingentes las pérdidas que ocasionan los apagones y que indefectiblemente retrasan el desarrollo del país y el desempeño secuencial de los pequeños productores; así como recargas económicas a los ciudadanos. Pero aquí, “arrimamos el hombro”, frase que han capitalizado para justificar sus errores.

La inestable frase causa efecto domino, ya que todas las autoridades la utilizan de manera campante en entrevistas, declaraciones e intervenciones, configurando de manera subliminal con esas palabras la solución de los problemas, ya que la emiten como una tarea cumplida, aun cuando falta todo por hacer. Estas declaraciones no son más que ‘engaña bobos’.

La actual ministra de Energía y Minas no debió ser llamada a comparecer a la Asamblea, a menos que pretendan justificar lo injustificable. El ministro anterior es el que tiene que responder por la negligencia y porque no arrimó el hombro.

Las palabras cobran valor y tienen derecho de ser creíbles cuando se les agrega la acción, el deseo de servir y lo más importante: que estén imbuidas del amor de patria.

César Antonio Jijón Sánchez