La ausencia de una madre es la falta más grande para un hijo/a a cualquier edad. Te fuiste y una parte de mí se marchó contigo; tú recuerdo siempre vivirá en mi corazón. Solo con el recuerdo podemos mantener tu memoria viva y sentirla cerca para siempre. Nos dejaste tus últimos suspiros, las lágrimas en tus ojos en señal de que te despedías y agradecida por los cuidados a tu salud. Tu enfermedad del Alzheimer te impedía comunicarte, pero más pudo tu corazón palpitando fuerte, y esa interacción conmigo entendía tus señales; junto a tus manos sabía el significado del amor de una madre en sus últimos suspiros. Hoy cumples tu primer mes de ausencia, y estás con Dios en su regazo. Te agradezco por haber compartido esos momentos efímeros de felicidad a tu lado y haber cumplido con el mandato divino. Honra a tu padre y a tu madre, y ama a tú prójimo cómo a ti mismo. Guardaré en el alma cada minuto que me dejaste. Pasaste por nuestras vidas como una estrella fugaz, pero tu luz brillará en nuestros corazones.

Javier Valarezo Serrano