Cartas de lectores: Más es lo que entra que lo que sale

En estos ríos de poco caudal es donde se debe impedir el ingreso del sedimento

Con el asesinato de la alcaldesa de San Vicente han recrudecido las muertes violentas, aun cuando los asaltos, extorsiones y secuestros nunca decayeron, es más, se incrementaron. Todo esto en pleno estado de excepción. El plan Fénix sigue en la ceniza o, tal vez nunca hubo ni el carbón, porque la estrategia y táctica aplicadas en la guerra interna es fiel copia de los gobiernos anteriores, con muy poca innovación. Los violentos se han multiplicado (falta empleo), están en la etapa de estudio y planificación, nos esperan días difíciles -vivimos en zozobra, nadie puede parar esta guerra-. La violencia no desaparecerá mientras la economía maligna esté robusta; ahora mismo supera el presupuesto del Estado. La misión debe ser debilitarla a toda costa. El Gobierno se jacta de que en lo que va del año ha decomisado 70 toneladas de droga, pero no dice cuánto ha ingresado al país; con seguridad se ha quintuplicado. Para debilitar el capital mafioso, la estrategia debe ser: poner énfasis en el decomiso de la droga que se filtra. La clave es impedir el ingreso de la desventurada sustancia. ¿Cómo? Impermeabilizando las fronteras por tierra, aire y agua, teoría, que fue oferta de campaña del gobierno actual, pero ya en el poder se le olvidó, y las fronteras siguen permeables, igual o más que antes - si la droga entra más de lo que decomisan, nunca habrá paz en Ecuador-. Fenómeno parecido sucede con el dragado del río Guayas: el sedimento que extraen es infinitamente inferior al que entra. La estrategia es incompleta; la clave está en impedir que este llegue. Se logrará controlando los afluentes, en especial los ríos de montaña, que son los que más aportan (fronteras). En estos ríos de poco caudal es donde se debe impedir el ingreso del sedimento. ¿Cómo? Construyendo obras de retención, como represas o diques -si los sedimentos entran más de lo que se draga, nunca se limpiará el río-. En ambos casos, más es lo que entra que lo que sale; los remedios son difíciles y costosos, pero necesarios. Si este fenómeno sucediese en las arcas fiscales estaríamos hechos, desgraciadamente, la realidad es a la inversa.

Marco A. Zurita Ríos