Cartas de lectores: El enemigo más potente de Noboa

Presidente Noboa, usted lucha contra propios y extraños con inconmensurables capitales narcodelictivos

Se llama corrupción y está enquistado en todas las dependencias y corredores del país. En uno de sus últimos discursos, Fernando Villavicencio dijo que, de ganar la presidencia, contra quienes iría primero sería contra los municipios (GAD) porque en ellos reina el narcotráfico y lo certificó el embajador estadounidense Michael Fitzpatrick, que acusó también a narcopolicías y narcogenerales. 

Y tuvo razón; quienes son asesinados primero son los alcaldes que no obedecen, o sea, se está implementando el miedo y si ganaba Noboa todo estaba perdido, por lo que la compra del voto a quien enseñaba la foto de la papeleta marcada se volvió vital, a más de todas las otras irregularidades que van apareciendo en las actas, esas que no vieron los observadores internacionales que vinieron a turistear y que felicitaron efusivamente a los responsables del proceso. 

“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”, dijo Simón Bolívar, y esta verdad duele, pero es inadvertida o irresponsablemente practicada por los ecuatorianos que votarán por Correa, el más horrendo, contumaz, psicópata y traidor a la patria, que nos tiene al borde del colapso. Ellos no tienen idea de lo que sucedería con el socialismo siglo XXI y la Revolución Ciudadana en el poder. Tendríamos a ‘Mama Lucha’, testaferro de Correa, eliminando el dólar y adulando a narcos, igual que Sheinbaum con López Obrador en México; recordaríamos a los delincuentes Castro con 70 años y Ortega con 30 años de dictaduras, amén de un fantoche criminal como Maduro, ordenando cómo hay que vivir democráticamente en Venezuela. 

Fenomenal tarea le espera a Noboa con el batallón de corrompidos enquistados a lo ancho y largo del país, con un pirómano que aprovecha la inocencia indígena para enriquecerse ilícitamente y con un ejército de pillos ladrones que abarrotan las cárceles. 

El 4 de marzo, 27 correístas y socialcristianos al mando de Pablo Muentes fueron condenados a 14 años de prisión por haber convertido la justicia de Guayaquil en su feudo. Presidente Noboa, usted lucha contra propios y extraños con inconmensurables capitales narcodelictivos.

Carlos Mosquera Benalcázar