Cartas de lectores | El poder del Estado contra Correa y Cía.
Los poderes que aún no absorbe luchan contra este aspecto desolador
Desde la Antigüedad griega se decía que el gobierno de los peores se componía por personas de la multitud, caracterizadas por su baja condición moral e intelectual, que siguen a caudillos y son aficionados a las ganancias a costa del tesoro público. El principio penal que define la tipicidad del delito se repite una y otra vez, y la ley penal tiene a su cargo el castigo para personas hambrientas de poder y de ganancias, que cometen delitos cuando la facilidad de hacerlo se torna costumbre. Es posible que quienes están al frente de estas responsabilidades tengan una condición intelectual por sobre el promedio; sin embargo, cometen repetidamente el mismo tipo de delito, con variantes, y se jactan de ello. La alianza con personas que mandan en las organizaciones criminales forma parte de lo que los teóricos del comunismo trasnochado emulan desde que la contradicción de opuestos permite que haya una lucha de clases abyecta, una especie de conflicto social interno que pretende ir a la guerra, de ser posible civil. Para ello solo es necesario provocar, ser cruel, manipular e instigar. Y tener suficiente dinero del tesoro público para financiar estos actos; dinero 'extraído' mediante actos de corrupción. El panorama nacional tiene todos estos componentes: Correa & Cía. tiene como socios a los jefes del delito organizado; y una red de personas distribuidas en las principales instituciones republicanas que se dedican a la delación como modo de anticipar la ofensiva contra el delito. Correa & Cía. desempeña un papel crucial en el segundo poder del Estado y ha convencido a un segmento de ecuatorianos de que es inocente, luego de que cree haber superado la presunción de inocencia. Los poderes que aún no absorbe luchan contra este aspecto desolador. Pueden hacerlo y lo hacen por encarnar el poder del Estado al cual Correa & Cía. no tiene la capacidad moral de derrotar, peor de asaltarlo con la patente de corso que agita como si fuera su bandera. La autocomplacencia de los poderes estatales hace suponer a Correa & Cía. que ahí reposa la impunidad y basta solo publicitarla para hacerla realidad.
Francisco Bayancela González